sábado, 11 de diciembre de 2010

El invierno que va conmigo



"There is a light that never goes out"
The Smiths



1.
En el crepúsculo del domingo es cuando mejor me encuentro. No sabría decir de dónde viene este sentimiento. Pero escucho como las voces que llenan la calle se diluyen. Con la noche y el silencio me conozco de otra forma.
2.
Está por terminar este año y el ciclo termina ¿O empieza? Nunca he sabido dónde empieza una historia. Si cuando me subo al avión o al salir de casa. Decía Roland Barthes que todo principio es arbitrario. Y a menos de una semana de mi partida sé que comienza un ciclo. No porque termine el año, sino por las acciones, por lo que dejamos y aventuramos con ciertas situaciones o elecciones. Esta vez no será el frío intenso, y que tanto disfruto, sino los mares del sur con quienes pasaré el mes de diciembre y una parte de enero.
Pero la vida pasa y me voy con ella. La contemplo y la disfruto. Evito aquello de que “la vida es corta y aún así nos aburrimos”. O como diría el poeta yugoslavo Charles Simic , radicado en Nueva York, “el mundo es falso, cruel y bello…”. En cada momento busco la intensidad, como cuando converso en la semana con Víctor; cuando veo a Luis por skype (y a veces me siento de forma virtual en el Copper Rock Café que Luis visita incondicionalmente y que le he dicho que se parece a Claudio Magris donde le han puesto un secreter en el Café San Marcos, de Trieste. Solo le falta que le pongan un secreter a Luis); y con Uriel, cuando me llama de manera más imprevista y cuando él sabe por qué. A pesar de la distancia, siempre los llevo conmigo.
3.
Un recuerdo del primero de enero de este año. Después de una extrovertida despedida del año viejo y con los estragos que resultan debido a ello. Esta vez el frío calaba a mis huesos, mientras buscaba con mi compañera un café. Era el único abierto de la ciudad. De pronto, me sentí como en una película de Kristoffer Boe: Luis estaba sentado en una mesa, mientras leía un libro. No sabía si lo interrumpiría en su lectura, no me importó y me senté para compartir el mismo lugar: Todo empezó una noche antes, como en nuestros años mozos. Salimos empapados de Vodka y Stella Artois. Y como sucede en toda suposición, pensé que mi compañera con la que había viajado se encontraría mejor resguardándose del frío en casa. Mientras me sentía como huésped distinguido en el Jekyll´s Bar y los Bloody Mary anulaban mi memoria y el dueño, que es el mismo bartender, su vestimenta me llamaba la atención: sandalias, bermuda y camiseta de palmeras , mientras que afuera el clima estaba a -20°. Fue una noche extraña y de pronto me vi hablando español con una chica que venía de Montreal y que me dijo cuanto le gustaba el idioma de Cervantes. Hasta que la inercia de la noche hizo que me despidiera a la francesa, es decir, sin decir adiós (sans adieu).
Continuaba en el café con Luis y mi compañera, cuando de manera súbita apareció la mujer de Montreal. Ella me saludó con una sonrisa, mientras que yo solo levantaba la mano. Vi la cara de Luis que me dijo mucho de la situación en la que me encontraba. No sé como salí avante, pero lo hice. Seguimos en el café hasta que cerraron, mientras que al siguiente día me marcharía de Appleton , Wisconsin para ir a Champaign, Illinois, a visitar a Uriel y a su nena recién nacida.
Me despedía del lugar, como lo voy haciendo del año que acaba y que voy publicando mis líneas en este blog. Puesto que cuando viajo solo me acompaña mi moleskine, bolígrafo y un par de libros. No sé si sea la nostalgia de los tiempos, pero hay personas con las que me llevo gran parte de ellas y a otras, al igual de valiosas, les doy el portazo. Decía Pessoa “Porque siempre es de nosotros cuando nos despedimos al separarnos de alguien”. Siempre me despido de mí.

3 comentarios:

Mariposa Errante... dijo...

Hola:

PrimeraSSSSSSSSSS:

Te dejo saludos desmañanados, no, no vengo saliendo de guardia...

Besos Brujos* de la Mariposa Errante.

Anónimo dijo...

Sólo pensaba que iba a comentar y decir que gran tema, ¿lo de código por sí mismo? Realmente parece excelente!

la MaLquEridA dijo...

Cada día es un comienzo y cada noche un final,puedes escoger empezar desde la noche y terminar en la mañana.

Es tu decisión pero igual empiezas cada día la vida.


Saludos atrasados Marcos.

 
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